Los jóvenes dedican una hora y media al día a estudiar, mientras que  pasan una media de cuatro horas delante de una pantalla (consola,  televisión o Internet), tiempos que aumentan a mayor edad y se reducen  en las más tempranas. 
Estudiar pierde interés al pasar de Primaria a Secundaria: a siete de  cada 10 niños de Primaria les gusta estudiar, mientras que solo cuatro  de cada 10 Secundaria tienen una actitud positiva hacia el estudio. Por tanto, el 60% de los niños más mayores indican que no les gusta estudiar; son el 75%  de los que suspenden y el 45% de los que aprueban.
Uno de cada dos  estudiantes de secundaria con suspensos tiene problemas para  concentrarse cuando tratan de estudiar; sin embargo, mientras estudian, escuchan música, tienen gente cerca hablando, están  conectados a Internet o tienen la televisión puesta. 
Respecto a  las técnicas de estudio, más de la mitad de los alumnos afirma  que suelen aprender las cosas de memoria. De la relación entre padres e  hijos, destaca también que la aplicación de castigos es habitual al  sacar malas notas, mientras que solo un 25% de los padres  manifiesta premiar a sus hijos cuando obtienen buenos resultados. La  comunicación habitual entre padres e hijos sobre la marcha de los  estudios es menor entre aquellos que suspenden, que entre los que  aprueban.
A lo largo del curso, los escolares de Primaria  dedican poco más de una hora al día a estudiar y media hora más los  estudiantes de secundaria; cuando los exámenes se acercan, el tiempo de  estudio sobrepasa la hora y media y las dos horas y media en secundaria.  Delante de la pantalla, los alumnos de primaria están casi 3,5 horas, mientras que los adolescentes emplean cerca de  4,5 horas.
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